Campo Arañuelo es un territorio con una fabulosa situación para la práctica del birding, debido a que se encuentra en una de las vías migratorias de aves más importantes de toda Europa

Esta zona se distribuye en un 85% aguas continentales, un 10% prados húmedos y mesófilos, y un 5% turberas, vegetación acuática de orla y marismas.

Se trata de un embalse de gran superficie con una amplia franja de aguas poco profundas y someras; espacio ideal para la práctica del birding, pues en él se dan hábitats para multitud de especies de flora y fauna, como consecuencia de las diferencias de temperatura que alcanza el agua según la zona, debido a que es empleada en la refrigeración de la central nuclear junto a la que se encuentra.

El embalse está rodeado por una fuerte red de caminos y canales, desde los que poder realizar los avistamientos, contando además con instalaciones específicas para llevar a cabo esta actividad.

Aquí se han llegado a observar más de 200 especies de aves a lo largo del año. En invierno la presencia de las aves invernantes, tales como el águila pescadora, pechiazul, avetoro, ánades lo hacen muy atractivo, aunque posiblemente la temporada más relevante sea en la primavera con la presencia de las aves estivales (garza imperial, martinete, pagaza piconegra, fumarel cariblanco, garcilla cangrejera, morito, cigüeña negra, críalo, porrón pardo, cigüeñuela, …) Hay otras muchas presentes todo el año. Bien dentro de la ZEPA, como martín pescador, avetorillo, calamón, garzas reales, cercetas, azulones, cormoranes, mochuelo común, bigotudo, aguilucho lagunero, o el elanio azul, en la que podemos encontrar dentro de la ZEPA varias parejas reproductoras. Otras que se acercan desde sus territorios en busca de alimento, principalmente de Monfragüe. Este son los casos de buitres leonados y negros, águila real, halcón peregrino, águila culebrera, milano real…

Cabe destacar que algunas especies de avifauna encuentran aquí su único punto de presencia en Extremadura.

Ocupada mayoritariamente por la extensa lámina de agua que supone este gran embalse, la zona es un refugio perfecto para multitud de especies, especialmente para las aves.

Su principal valor ornitológico son las aves acuáticas, aunque también están bien representadas las aves rapaces. Destaca la invernada de distintas aves acuáticas, como anátidas, grullas, cormoranes grandes o limícolas como avefrías y chorlitos dorados. Durante la época reproductora, podemos observar una gran colonia de pagaza piconegra, así como otra mucho menor de charrancito común.

Otro detalle a considerar es el valor de las orillas escarpadas con roquedo, que son aprovechados por una rica comunidad de aves rupícolas, como búho real, cigüeña negra, halcón peregrino, buitre leonado, águila perdicera y alimoche. A estas hay que sumar la presencia de rapaces forestales de gran interés presentes durante el periodo reproductor, como el águila imperial y el milano real. Vinculadas a las zonas abiertas del entorno del embalse aparecen, también, especies de carácter estepario.

La disposición y el grado de conservación del río Tiétar, hace de autentico corredor ecológico entre Gredos, el valle del Jerte y Monfragüe. Los pinares son las únicas masas de pinar autóctono de la región, un ecosistema de enorme valor ecológico, único en Extremadura.

Entre las aves destacamos el halcón abejero, alcotán, azor y gavilán, que utiliza los pinares para ubicar sus nidos. La escasa cigüeña negra aprovecha las orillas del río para alimentarse y los pinos como zona de anidamiento. Si hablamos de los mamíferos, destacamos dos especies muy amenazadas, como son el desmán de los pirineos y el topillo de cabrera. También podemos encontrar otras especies interesantes como la ardilla común, corzo, lirón careto, tejón, comadreja común, gineta, nutria, zorro, etc.

Desde el municipio de Talayuela hay varias rutas señalizadas, así como carteles informativos. Lo ideal es hacer las rutas a pie o en bici, ya que en varios caminos está prohibido circular con vehículo y el terrero en algunos puntos no es bueno. Estas circulan a través de los pinares, orilla del río Tiétar y las dehesas colindantes a Talayuela, siendo todas ellas circulares y de escasa dificultad.

La carretera que va de Talayuela a Majadas es un lugar para ver las típicas aves forestales (azores, gavilanes, herrerillos garrapinos, picapinos…), pero con el plus de las aves palustres en las orillas del río (espátulas, cormoranes, andarríos, ardeidas) o las típicas de la dehesa (Milanos, abubillas, rabilargo, busardos ratoneros, grullas).

Un lugar para disfrutar con los prismáticos y observar una gran variedad de especies.

La ZEPA está conformada por cuatro charcas, situadas en un entorno de dehesa. La fauna que alberga esta zona de aguas de interior es peculiar, ya que algunas de las especies están catalogadas como en peligro de extinción. Este es el caso, por ejemplo, del porrón pardo. Al estar en una zona tranquila y alejada de los núcleos urbanos, rodeada de cientos de robles y encinas que cubren la dehesa, estos espacios poseen una avifauna muy destacada. 

Hay tres lagunas cercanas entre sí y otra más separada, la laguna del Palancoso.

Las primeras tres lagunas se caracterizan por ser un lugar de concentración de cigüeñas negras en septiembre-octubre, previo a sus viajes a África. Otras aves acuáticas que poder observar aquí son el ánade de friso, el porrón pardo y común, la espátula o el ánade rabudo. En los aledaños a las lagunas, es fácil observar a las grullas alimentándose de bellotas, o buitres oteando la dehesa en busca de algún animal muerto o pequeñas águilas como la calzada y el busardo ratonero tras pequeñas presas, al igual que también es utilizado por el elanio azul como zona de caza.

La laguna del Palancoso, de mayor tamaño, destaca por ser un dormidero de cientos de grullas, así como patos y otras aves palustres. En esta ubicación podemos encontrar un alto número de aves acuáticas como ánades (silbón, rabudo, cercetas, cucharas, azules), archibebes, gansos del Nilo, etc.; aunque su mayor atractivo es esperara al caer la tarde, con la llegada de cientos de grullas.

En el 2022 fue posible observar un grupo de 11 flamencos, ave de difícil avistamiento en esta zona.

Este espacio, que está considerado un humedal, está formado por tres lagunas ganaderas situadas dentro de una dehesa principalmente de robles y encinas.

Su principal atractivo está asociado a la avifauna acuática, destacando por ser zona de invernada de anátidas y grullas, además de ser utilizada ocasionalmente como zona de alimentación de cigüeña negra y como zona de invernada de porrón pardo, una especie incluida como en peligro de extinción. Otras especies que se pueden observar en el humedal son garzas reales e imperiales, garcilla cangrejera, diferentes ánades, gansos del Nilo, espátulas, somormujos, andarríos, zampullines, combatientes, milanos negros y otras muchas aves palustres.

En las dehesas aledañas pueden verse grullas, buitres leonados, milanos reales, abejarucos, críalos, mochuelos, aguililla calzada, busardo ratonero y mención especial merece el hermoso elanio común, que tiene aquí su zona de caza.

En total se ha podido observar a casi cien especies diferentes en esta ZEPA, lo que la convierte en una ubicación imprescindible para todos los aficionados a la ornitología.