Berrocalejo
El nombre de Berrocalejo describe su configuración paisajística, pues abundan los tolmos, los peñascos y los berrocales, formas características de paisajes graníticos. Son muy abundantes las grandes peñas en su territorio, entre ellas: Peñaflor, Peña Mochuelo, El Cuervo, Cancho Gordo o Cancho Frío.
Su término municipal posee un gran valor natural, paisajístico y de gran riqueza etnográfica, especialmente la zona sur, y que coincide con los riberos del Tajo.
En época prerromana ha estado habitado por los vetones, destacando los restos arqueológicos del lugar conocido como Rivero de Peñaflor, a orillas del río Tajo, consistentes en un castro y sepulturas en roca
La población actual surge en la Baja Edad Media como Puerto Real y lugar de descanso de los rebaños de la Mesta, que utilizaban como “cordel ” o “cañada real” la antigua calzada romana, que atravesaba el río Tajo por el puente romano denominado “Puente del Conde”, hoy bajo las aguas del embalse de Valdecañas y visible cuando baja el nivel del río. Para defender este puente surge la Atalaya de Peñaflor, hoy en día en ruinas, de origen romano y posterior reconstrucción islámica. La ubicación de esta atalaya sobre una imponente peña de granito presenta un gran valor paisajístico y ofrece unas espléndidas panorámicas sobre el río Tajo. Todos los meses de abril se organiza un encuentro bautizado como “Marcha al Ribero de Peñaflor”.
Dentro del casco urbano, la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios y la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción son sus principales recursos monumentales. Muy cerca, se encuentran Pilas de Granadilla que ofrecen una interesante visita.